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viernes, 7 de octubre de 2011

El Estado Encuestador

El hecho de que el electorado bogotano muestre una fuerte inclinación por votar por las propuestas de Gustavo Francisco Petro da muestras de que si bien los ciudadanos rechazan las maniobras corruptas lideradas desde el corazón mismo de la administración distrital por alias ‘La Doctora’, cuyo escándalo se vio inflamado por el linchamiento mediático que sufrió, no disienten para nada de las políticas de corte social que silenciosamente ha instaurado el Polo en Bogotá. Se confirma la tesis que expuso el columnista León Valencia en la Semana del 2 de octubre y se advierte que quizá los bogotanos temen que si llega alguien de una orilla distinta a la de izquierda, esas conquistas tan inusuales podrían perderse.

Además, si el problema es de corrupción, más se asocia con este factor a Peñalosa, que carga con el lastre de bolardos, moños y relleno fluido en Transmilenio, por mencionar algunos líos; que a Petro, quien más bien sí pasó a la historia de los debates en el Senado por ser, junto al riguroso Navas Talero, uno de los artífices que horadó las primeras grietas al peligroso mesianismo de Uribe que amenazaba con enquistarse en la Casa de Nariño.

Sin embargo, Peñalosa apela a un Uribe post-reeleccionista, que ahora luce con un saco morado de seminarista cargándole el megáfono y tal vez salió de allí a la entrevista con Cala, de CCN, para decirle a la opinión que se resiste a ser el ‘mueble viejo’ en que lo quieren convertir merecidamente por ser un ex presidente y además, ‘verboso’ y pendenciero por Twitter (hasta que algún asesor con dos dedos de frente le sugirió con éxito que le bajara al tema de los trinos, algo destemplados). Y además, en esta nueva intentona recurrió al mago de la propaganda negra, JJ Rendón y a sus usuales aliados de El Tiempo, ahora apalancados en las espurias encuestas de Datexco, que han sido amplia y duramente cuestionadas.

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